El nacimiento de una Mamá azul

Nunca es fácil asumir cuando se recibe un diagnóstico, siempre se tiene miedo a lo que viene después... al desconocimiento... miedo al futuro... en ese momento pasan 1000 cosas por la cabeza... qué será de su futuro? qué pasará cuando yo no esté? sabrán los demás aceptarle?

Esas son las preguntas que todos los días rondan por mi cabeza en silencio después de saber que mi hijo era autista.
 Al principio me echaba la culpa de su diagnóstico, le echaba la culpa a mi marido y a todo lo que nos rodeaba para cerrarme de alguna manera y justificar su forma de ser. Pero llegó el momento de coger el toro por los cuernos y aceptar que mi hijo es y será siempre autista porque es su esencia, se nace autista.
 Con el tiempo he aprendido a ver más allá de ese diagnóstico, Y aunque al principio es un caos de papeleos y pruebas médicas y terapias, me quedo con la mejor parte...y ésa es mi hijo; Él me ha enseñado a ver más allá, A ser más observadora con el entorno que me rodea, A anticiparme y a planificar, A valorar lo que realmente importa, Y a ver el mundo con otros ojos, Los de mi hijo.

 En el momento en que comprendí eso fue cuando nací como mamá azul

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